Fundaciones que financian la investigación científica están gastando miles de millones de dólares en investigación anti-envejecimiento. Las personas gastan cientos de miles de millones más para evitar lo inevitable. Tal vez, sin embargo, estamos mejor abrazando el envejecimiento en vez de combatirlo.
En todo el mundo, pero particularmente en los Estados Unidos, las personas ejercen un gran esfuerzo para evitar la vejez. Los estadounidenses gastan $ 262 millones por año en sueros antienvejecimiento para la piel y $ 310 millones por año en postizos sintéticos. Pasan $ 2.3 mil millones por año en cremas antiarrugas antienvejecimiento. Pasan $ 2.6 mil millones por año en medicamentos para la disfunción eréctil. Pasan $ 37 mil millones al año en suplementos nutricionales para combatir el envejecimiento y para apoyar la buena salud. Probablemente una de las razones de los estadounidenses de gastar sus recursos para evitar el envejecimiento es que la ventaja de envejecimiento no es fácilmente evidente. Entre los estadounidenses que han vivido a la edad de 60 años, la esperanza de vida es de unos 85. Los pocos últimos años, después de los 75 o así, es probable que sean desagradables para la mayoría. La gente simplemente sobreviven a sus amigos y seres queridos. Ellos llegan a un punto que ya no pueden seguir el ritmo de sus deportes, sus aficiones, su vida social, o incluso sus hogares. Ellos encuentran su camino en muy costosas casas de reposo, gastando sus ahorros o dependientes del estado para un bajo nivel de vida. No tiene por qué ser así. En 1991, el Dr. Bill Thomas ardía como un médico de urgencias. Recibió una llamada pidiéndole que si quedía ser un director médico para un hogar de ancianos en el estado de Nueva York. Thomas había crecido en la pequeña población de Nichols, Nueva York, donde las personas de edad continuan estando rodeados de amigos de toda la vida y los miembros de la familia durante toda su vida. Las familias se hicieron cargo de las personas mayores, pero las personas de edad también se hicieron cargo de las familias. Thomas encontró la casa de reposo a un repositorio para las personas olvidadas que pierden interés en el mundo. Actuando por instinto, le ordenó al personal a adquirir dos perros, cuatro gatos, varias gallinas, un par de conejos, periquitos y 100 más, todo ello en violación de la ley estatal. También tenía las plantadas alimentos de tierra. Comenzaron un huerto. Abrieron una guardería para hijos de personal. La infusión repentina de la vida y de la actividad y de ser necesario tuvieron un profundo efecto en los residentes. Muchos comenzaron vestirse y alimentarse por sí mismos de nuevo. La necesidad de medicamentos con receta se redujo a la mitad de una casa normal de enfermería. Llamó a su iniciativa de la Alternativa Eden, y se repite en todos los 50 estados de los EE.UU., y en Australia, Canadá, Europa y Japón. El Dr. Thomas no se detiene allí. Se basa en su éxito mediante la construcción de un centro de enfermería del “Casas Verdes” como residencias privadas más pequeñas con dormitorios y cuartos de baño. Mover los residentes de hogares de ancianos de grandes edificios con pasillos largos en pequeñas residencias privadas tuvo un efecto inesperado. Los residentes ya no se necesita silla de ruedas, porque ya no tenían que ir muy lejos para llegar a los lugares que necesitaban para estar durante el día. Después de seis semanas, tuvo que llamar para camiones para recoger y transportar fuera de sillas de ruedas que ya no eran necesarios. Los tipos de apoyo necesarios para los residentes eran mucho más agradable para el personal, también. Hubo una mayor necesidad de enfermeras de gerontología para los enfermeros. Lo que Thomas no podía hacer, incluso con dos grandes ideas, era cambiar las actitudes acerca de las personas mayores. No hacer nada diferente, se encontró, incluso falsas buenas ideas para el cambio. Así que se puso a buscar maneras de cambiar las actitudes. Thomas reconoció que envejecer no es fácil. Hay un bombardeo constante de nuevas enfermedades y los insultos (incluso si son una cuestión de diálogo interno) y situaciones embarazosas. La forma habitual de hacer frente a ésto es aceptar la “inevitable” y derribar por todo lo que empeore. Comience a usar un bastón, un anda